Adolescentes y formas de alimentarse

Desde que tenemos uso de razón, nos complace tomar decisiones. Peinados, vestidos, música, amigos… Iniciamos la forma de alimentarnos, de descansar, de estudiar o divertirnos. Es en vuestra edad cuando se comienza a trazar un estilo de vida –un Bioestilo saludable -, para lograr un buen desarrollo y una edad adulta satisfactoria.

Las “cosas del comer”, también entran en el deseo de decidirlas personalmente. No es raro que a esas edades, deseemos tener menos peso del aconsejable. Otras veces abusamos de chucherías, patatas fritas, chocolate, bollería, galletas… y el peso se “dispara”. Revistas, televisión y medios promocionales de belleza pueden mostrar modos incorrectos de estilos o alimentos. Tenedlo en cuenta.

Perder peso durante la adolescencia es algo que debe manejarse con sensatez; el desarrollo corporal e intelectual así lo exige y ,sin una orientación correcta, los métodos utilizados no son muchas veces los más deseados. El buscar un peso ideal, no es malo, siempre que se haga con una información correcta a través de padres, profesores, médicos o profesionales de nutrición. Buenos libros y portales específicos de Internet, son un buen complemento.

Un peso correcto no se obtiene con restricciones alimentarias descabelladas, píldoras mágicas o dietas alucinantes. La solución reside en:

  • Planificar con interés un estilo de vida satisfactorio. El nivel de ansiedad o falta de control en el comer descenderá. Ello se logra desarrollando un plan de vida divertido pero formal. Consultad con vuestros padres o profesores o tutores. La pauta correcta de alimentarse, debe ser revisada por un médico de familia o el endocrinólogo que elijáis, de acuerdo con los papás. Hablad con él (o ella, si es doctora) con confianza. Visitadlo periódicamente, porque el mantener un peso correcto es un objetivo de largo recorrido muy dependiente de haber desarrollado ese estilo de vida equilibrado y no aburrido pero inteligente.
  • La familia es un buen punto de apoyo. Los padres que saben escucharos son un excelente punto de apoyo para iniciar el plan de vuestro propio estilo de vida; pero acordándose que padres e hijos son órganos del mismo cuerpo: trabajando con cierta independencia pero manteniendo la vida de en comunidad o sea, familiar. E incluso vuestras peticiones ayudarán a todos.
  • Vigilad las bebidas. Si se abusa de ellas son bastantes calorías invisibles que se añaden a las grasas. Por tanto, cuidad el consumo habitual de refrescos azucarados, sobre todo si no realizáis ejercicio físico. Utilizad abundante agua con o sin gas, verdadero “reconstituyente” celular.
  • ¡A moverse! El practicar un poco de ejercicio, como es el pasear diariamente o correr en días alternos 30 minutos, preferiblemente en espacios abiertos, es muy efectivo. La natación es sumamente aconsejable. Y por supuesto cualquier deporte. No se trata de hacer alta competición, sino de acostumbrase a oxigenar músculos, cerebro; favorecer el crecimiento y el desarrollo. Utiliza pequeños momentos libres en casa para hacer series de 10 flexiones o de saltos con los pies juntos. Ello ayuda a oxigenar las neuronas y demás células, además de equilibrar parte de las horas sedentarias de estudio, TV, video juegos o internet. No olvidar: el deporte transforma en músculo la grasa corporal).
  • Cambios alimenticios sin agobio. No es práctico tomar medidas drásticas en el cambio de hábitos alimenticios, porque terminan aburriendo. En todo caso hay que hacerlo con entusiasmo, convencidos que no solamente es una ayuda estética, sino también para sentirse mejor, más vital. Prestad mucha atención a:

Lácteos frescos como el yogur – muy aconsejable -, quesos frescos, cuajada, requesón, quark… Son fundamentales por ser el único alimento que proporciona cantidades suficientes de calcio, el mineral básico del crecimiento.

Huevos. La albúmina del huevo es la mejor proteína ( la materia prima de músculos y células) de la naturaleza. Y la yema es un excelente alimento que ha tenido una información equivocada por su contenido en colesterol.

Pescado. El pescado azul en conserva o natural (caballa, atún, salmón, sardinas) es muy importante para la vida de todas las células especialmente las del cerebro, por su alto contenido en ácidos grasos omega 3. Además proporciona proteínas de gran calidad

Hortalizas, legumbres y frutas. La huerta, fuente importantísima de fibra, imprescindible para la salud del intestino, y de vitamina C, la vitamina de las defensas anti-infección y del desarrollo
Actuad sin agobio, con libertad pero con coherencia. Alimentación sana y ejercicio físico, son la clave de un peso y un estilo de vida excelentes.


Fuente: Sanitas.es